El cartílago de tiburón
ES POSIBLEMENTE SEGURO para la mayoría de la gente cuando se ingiere hasta un máximo de 40 meses o cuando se aplica a la piel durante un máximo de 8 semanas.
Puede causar un mal sabor en la boca, náusea, vómito, malestar estomacal, estreñimiento, presión arterial baja, mareos, alto nivel de azúcar en la sangre, niveles altos de calcio, debilidad y fatiga. Podría causar disfunción hepática. Algunos productos tienen un olor y sabor desagradables.
Advertencias y precauciones especiales:
Embarazo y lactancia: No existe suficiente información confiable sobre si resulta segura la ingesta de cartílago bovino durante el embarazo o la lactancia. Sea precavida y evite su uso.
Trastornos “auto-inmunológicos” tales como múltiple esclerosis (MS), lupus (lupus eritematoso sistémico, LES), artritis reumática (AR), u otros: El cartílago de tiburón podría volver muy activo el sistema inmunitario. Esto podría aumentar los síntomas de las enfermedades autoinmunitarias. Si tuviera alguna de estas condiciones, es mejor evitar el uso de cartílago de tiburón.
Niveles altos de calcio (hipercalcemia): El cartílago de tiburón podría aumentar los niveles de calcio, por lo que no debe ser utilizado por las personas cuyos niveles de calcio ya están demasiado altos.